Amago de monólogo :)
Mi segundo post de hoy. El otro día me rallé en un laboratorio y me puse a escribir, y quedó un monólogo sobre aparcar. Lo sé, podría estar mejor redactado y ser más original, pero el otro día no me apetecía rallarme y escribía lo que se me venía a la cabeza. Si gusta supongo que lo perfeccionaré para que quede bien, y si no gusta que os ####### ## ####.
Hoy os voy a contar toda una odisea. Aparcar en Coruña... Lo sé, es una chorrada, pero es la una y aún me falta un rato largo para ir a comer. Seguramente alguno de vosotros haya aparcado alguna vez ya en Coruña; yo lo hago todos los días. En ocasiones incluso 2 veces :O. Y no sabéis lo doloroso que puede llegar a ser. Vas por una calle cerquita de tu casa, cuando por donde pasaste hace 5 segundos un coche deja su sitio libre; y ya hay otro detrás esperando. Y te cagas en toda su familia. La de los dos; el primero por lento y el segundo porque sí. Y ya han pasado 10 minutos de dar vueltas con el coche.
Continúas dolorosamente buscando un sitio; finalmente te parece que alguien está saliendo, aceleras exprimiendo la tercera del coche por calles que dificilmente tienen 2 carriles de ancho; y cuando llegas una tía con gafas de sol mira para ti sorprendida, levanta su manita y te dice que no con la mano. ¡¡¡LERDA!!! ¡¡¡¡Aprende a aparcar, que no parezca que estás saliendo!!!! Y ya van 20 minutos :(
Después te ves obligado a alejarte del lugar donde vives. A unos 5 minutos andando, que no es demasiado, pero si tienes coche será para no tener que caminar :S. Finalmente ves un sitio; ¡¡alguien está saliendo en el sentido contrario al que tú llevas!! ¡¡Y hay una isleta de cemento que os separa!! Aquí es cuando sale el espíritu de Fitipaldi que todos llevamos dentro; si antes exprimimos la tercera, tras media hora de dar vueltas exprimimos la quinta. Aceleramos, para poder llegar a la glorieta y dar la vuelta antes de que nadie se nos adelante. Si alguna vez dudamos de las facultades de nuestro freno de mano en esta ocasión tenemos una fe ciega; el chirrido de las ruedas al dar la glorieta lo demuestra. Aceleramos para que nadie nos quite el sitio, obviando cualquier paso de cebra y cualquier improperio de los transeúntes.
¡ Y APARCAMOS !
Este momento se parece mucho a después de. Te quedas sentado en el coche, mientras ronronea el motor tras el esfuerzo realizado; lentamente lo apagas y exhalas un suspiro. Te quedas con la mirada fija al frente, satisfecho de ti mismo y de lo bien que has alcanzado la meta. Si fumas, enciendes un cigarro. La paz te inunda y sólo piensas en los momentos anteriores, cuando el frenesí te dominaba, cuando el momento de no poder aparcar era impensable. Aquel chirrido en la glorieta, advenedizo de lo que se venía (aparcar).
Y finalmente la última etapa. Estás satisfecho de lo bien que lo has hecho. Decides que la gente tiene que enterarse, ¡eres un héroe! ¡Has aparcado! Así que sales ufano del coche, observando directamente a la cara a cada conductor que pasa buscando un sitio. "Yo lo encontré", dices con la mirada. "Lo logré" dice tu sonrisa. Si tienes el día cabrón esperas a que venga un coche y metes la llave en la cerradura, y cuando se para para preguntarte si vas a salir le dices que no con la mano :D. Y te sonríes. Pobre infeliz, no tiene sitio donde aparcar :).
Y te marchas a casa con la satisfacción de haberlo logrado. Aparcaste.
Hoy os voy a contar toda una odisea. Aparcar en Coruña... Lo sé, es una chorrada, pero es la una y aún me falta un rato largo para ir a comer. Seguramente alguno de vosotros haya aparcado alguna vez ya en Coruña; yo lo hago todos los días. En ocasiones incluso 2 veces :O. Y no sabéis lo doloroso que puede llegar a ser. Vas por una calle cerquita de tu casa, cuando por donde pasaste hace 5 segundos un coche deja su sitio libre; y ya hay otro detrás esperando. Y te cagas en toda su familia. La de los dos; el primero por lento y el segundo porque sí. Y ya han pasado 10 minutos de dar vueltas con el coche.
Continúas dolorosamente buscando un sitio; finalmente te parece que alguien está saliendo, aceleras exprimiendo la tercera del coche por calles que dificilmente tienen 2 carriles de ancho; y cuando llegas una tía con gafas de sol mira para ti sorprendida, levanta su manita y te dice que no con la mano. ¡¡¡LERDA!!! ¡¡¡¡Aprende a aparcar, que no parezca que estás saliendo!!!! Y ya van 20 minutos :(
Después te ves obligado a alejarte del lugar donde vives. A unos 5 minutos andando, que no es demasiado, pero si tienes coche será para no tener que caminar :S. Finalmente ves un sitio; ¡¡alguien está saliendo en el sentido contrario al que tú llevas!! ¡¡Y hay una isleta de cemento que os separa!! Aquí es cuando sale el espíritu de Fitipaldi que todos llevamos dentro; si antes exprimimos la tercera, tras media hora de dar vueltas exprimimos la quinta. Aceleramos, para poder llegar a la glorieta y dar la vuelta antes de que nadie se nos adelante. Si alguna vez dudamos de las facultades de nuestro freno de mano en esta ocasión tenemos una fe ciega; el chirrido de las ruedas al dar la glorieta lo demuestra. Aceleramos para que nadie nos quite el sitio, obviando cualquier paso de cebra y cualquier improperio de los transeúntes.
¡ Y APARCAMOS !
Este momento se parece mucho a después de
Y finalmente la última etapa. Estás satisfecho de lo bien que lo has hecho. Decides que la gente tiene que enterarse, ¡eres un héroe! ¡Has aparcado! Así que sales ufano del coche, observando directamente a la cara a cada conductor que pasa buscando un sitio. "Yo lo encontré", dices con la mirada. "Lo logré" dice tu sonrisa. Si tienes el día cabrón esperas a que venga un coche y metes la llave en la cerradura, y cuando se para para preguntarte si vas a salir le dices que no con la mano :D. Y te sonríes. Pobre infeliz, no tiene sitio donde aparcar :).
Y te marchas a casa con la satisfacción de haberlo logrado. Aparcaste.
Etiquetas: chorradas