31 de agosto de 2006
Pues sí, como apunté en mi anterior hilo el examen de ES se precipitaba. En cambio hoy ya pinta en catástrofe, no pude estudiar practicamente nada, voy en la página 70 de 150; eso quiere decir que me leí por encima 70 páginas sin memorizar nada. Por haches o por bes no pude hacer casi nada hoy; así que me toca darlo todo mañana, deseadme suerte una vez más. Mañana a la noche os cuento expectativas de examen si estoy con ánimos, pasado os contaré predicciones sobre la nota.
30 de agosto de 2006
El examen de ES se precipita....
Pues sí, ya está ahí, es este viernes. Y me surgieron complicaciones de última hora :(. Resulta que hoy operaron a mi gata; algunos ya sabrán que la castramos hace meses y que en el útero tenía una sorpresita tumorosa. Pues bien, como puede pasar con estos tumores se había reproducido, así que hoy la operaron de nuevo para extirparlos.
Y claro, me tuve que quedar despierto con ella hasta ahora, estudiando más bien poco debido a que cada vez que se levanta hay que acompañarla para que no haga nada que le abra la herida :P. Ya no estudié por la mañana, porque madrugué para llevarla y por lo tanto a la vuelta tuve que dormir. Ya no estudié por la tarde porque tuvimos que ir a buscarla y atenderla. Así que me queda la tarde de mañana y pasado para estudiar como un campeón :D:D.
Si es que, va a ser verdad la frase de las madres (o al menos de la mía) de "Estudia con tiempo que no sabes lo que puede pasar" :P
En fin, un saludo a todos y rezad para que no tenga que volver en diciembre a hacer ES ;).
Aquí os dejo una foto de mi gata:
Y claro, me tuve que quedar despierto con ella hasta ahora, estudiando más bien poco debido a que cada vez que se levanta hay que acompañarla para que no haga nada que le abra la herida :P. Ya no estudié por la mañana, porque madrugué para llevarla y por lo tanto a la vuelta tuve que dormir. Ya no estudié por la tarde porque tuvimos que ir a buscarla y atenderla. Así que me queda la tarde de mañana y pasado para estudiar como un campeón :D:D.
Si es que, va a ser verdad la frase de las madres (o al menos de la mía) de "Estudia con tiempo que no sabes lo que puede pasar" :P
En fin, un saludo a todos y rezad para que no tenga que volver en diciembre a hacer ES ;).
Aquí os dejo una foto de mi gata:
28 de agosto de 2006
Bueno, comentar que a partir de ahora la historia que vengo contando sobre Blaorith va a continuar en La Biblioteca de los Tiempos , donde también cuentan historia javi, berte y simón. En este blog contaré cosas personales o que me interesen, así que hala, un saludo a todos y pasaos por la biblioteca ;).
PD: no atenderé mucho a los blogs estos días que vienen porque me toca poner coditos y estudiar como un poseso :).
PD: no atenderé mucho a los blogs estos días que vienen porque me toca poner coditos y estudiar como un poseso :).
23 de agosto de 2006
Organizando "El baúl de los recuerdos"
Hoy mi hermana me pidió que vaciase un mueble cutre que tenía yo, basicamente eran 4 cajones de plástico uno encima de otro. Lo necesitaba ella, y yo como cambié la habitación hace poco la tengo llena de cajones vacíos para trasladar lo que guardaba en el plasticotón (se me acaba de ocurrir el nombre). Y no sabéis que cantidad de recuerdos y cosas me encontré, casi se me escapó una lagrimita y todo, pero como soy muy macho me controlé. Así que os contaré algunas de las maravillas que me encontré.
Mi pasado deportivista
Yo soy fan del dépor retirado :). Tuve una época de joven en la que era fan absoluto del dépor, pero esta se acabó después de ganar la copa del rey y la liga; basicamente dejó de interesarme el fútbol. Pero bueno, todavía hoy me alegro cuando veo que gana (y no conozco casi a ningún jugador), y no me importa cuando pierde (ventajas de no seguir el fútbol de cerca :D).
Aquí está, en rigurosa primicia, la portada del periódico del día después :). Vaya juerga, qué gloria ver al dépor ganar una liga :D:D:D.
Nota para los celtarras: moríos de envidia ;). Cantad todo lo que queráis, pero nosotros tenemos una :D:D. Espero no estar metiendo la pata y que el celta haya ganado alguna vez una liga, pero lo dudo tanto que ni siquiera me voy a asegurar de lo que digo :D:D.
Y esto son los autógrafos que tengo de jugadores del dépor. Mauro Silva, todopoderoso, quien se acuerde de cómo jugaba recordará que era una muralla en el centro del campo, por allí no pasaba un balón :).
Djukic (si se escribía así :P). Quitando lo del penalti, que en absoluto tuvo él la culpa, un defensa crac donde los haya. Otro muro
El de arriba a la izquierda es de Donato, otro que defendía muy bien y pegaba unos trallazos tipo Koeman. Y finalmente arriba a la derecha uno de Rubén, que no sé quién es :P.
Mi pelo: la historia interminable.
Aquí está el fruto de varias ocasiones en las que me corté el pelo. Y es que hay que ver lo larga que la tengo... Es una melena impresionante :D:D. Hace poco volví a cortarlo, pero en esta ocasión no guardé trenza (basicamente porque a la hora de cortarme el pelo lo tenía lleno de mierda y no me apetecía lavarlo lo que había cortado para guardarlo :P). Y diréis, "No es para tanto". Y os contestaré, "Ese pelo es el que va debajo, el que se rapa para ir más cómodo, el de verdad sí que es largo :P"
Mi pasado violento
Pues aquí tenéis parte de mi infancia belicosa:
Arriba se ve mi primera ametralladora; el cañón se sobrecalentaba al disparar de manera continua debido a su enorme cadencia de fuego; por eso está rojo en la foto, me acabo de cargar a una paloma que volaba cerca de la ventana. Algún día os contaré la rabia que les tengo a las palomas.
La foto de abajo muestra mi primera pistola de PVC, una maravilla, como podéis observar tiene incorporado un seguro en el mango para que no se pueda pulsar el gatillo si no se tiene correctamente agarrada; toda una obra de ingeniería. También podéis observar que está rota. La de animaladas que tenemos hecho javi, ari, rubén y yo con las pistolitas de bolitas :D:D. Y bellón, que también vino alguna vez. Competiciones por el monte, por la carretera... Todavía no sé cómo no nos echaron nunca la bronca, pues era en aquella época en la que estaba de moda que un policía se había cargado a un niño que tenía una de estas, o algo así. Hay muchas historias, algún día las contaré también :P. También tenía otra pipa, la Desert Eagle, una proeza de arma, que daba cada hostiazo... Más de un moratón dejó por ahí :D:D. E incluso sangre en alguna ocasión, pero para qué nos vamos a poner melancólicos :).
Mi época oscura
Sí, la época en la que escuchaba Manson. Todavía lo hago hoy, pero en aquel entonces única y exclusivamente escuchaba Marilyn Manson. Y no soy satánico ni nada, todo lo contrario, pero hay que ver cómo se lo curra ese grupo :). También tuve época de Defcondos, pero no encontré ningún recuerdo, y luego época de Narco, y tampoco encontré nada.
Una de mis colecciones
Coleccioné unas cuantas cosas a lo largo de mi vida, pero esta era mi preferida. Adoro las navajas y cuchillos, siempre me gustaron y siempre que podía conseguir una lo intentaba; basicamente son de las barracas de tiro que hay en las ferias, puesto que a la edad en que las coleccionaba no tenía fondos para comprármelas en tiendas. De hecho con los recuerdos y tal me estoy planteando retomar mi afición :).
Aquí sólo aparecen unas pocas, el resto están perdidas sabe dios dónde. Mi récord de navajas había estado en unas 15, pero no lo recuerdo exactamente. Sin más dilación, ahí van.
Mis antiguas gafas :S
Llevo gafas desde hace mucho tiempo. Y encontré unas de cuando era un chaval :). Parece que son de culo de botella, pero es mentira, el problema es que son para un niño con la cabeza más pequeña de la que yo la tengo ahora. Y claro, se ven raros mis ojos, pero sinceramente me moló la foto :D
Si es que veo la foto y me parto :D:D:D. Pues nada más, un saludo a todos y ya contaré más cosas :).
Mi pasado deportivista
Yo soy fan del dépor retirado :). Tuve una época de joven en la que era fan absoluto del dépor, pero esta se acabó después de ganar la copa del rey y la liga; basicamente dejó de interesarme el fútbol. Pero bueno, todavía hoy me alegro cuando veo que gana (y no conozco casi a ningún jugador), y no me importa cuando pierde (ventajas de no seguir el fútbol de cerca :D).
Aquí está, en rigurosa primicia, la portada del periódico del día después :). Vaya juerga, qué gloria ver al dépor ganar una liga :D:D:D.
Nota para los celtarras: moríos de envidia ;). Cantad todo lo que queráis, pero nosotros tenemos una :D:D. Espero no estar metiendo la pata y que el celta haya ganado alguna vez una liga, pero lo dudo tanto que ni siquiera me voy a asegurar de lo que digo :D:D.
Y esto son los autógrafos que tengo de jugadores del dépor. Mauro Silva, todopoderoso, quien se acuerde de cómo jugaba recordará que era una muralla en el centro del campo, por allí no pasaba un balón :).
Djukic (si se escribía así :P). Quitando lo del penalti, que en absoluto tuvo él la culpa, un defensa crac donde los haya. Otro muro
El de arriba a la izquierda es de Donato, otro que defendía muy bien y pegaba unos trallazos tipo Koeman. Y finalmente arriba a la derecha uno de Rubén, que no sé quién es :P.
Mi pelo: la historia interminable.
Aquí está el fruto de varias ocasiones en las que me corté el pelo. Y es que hay que ver lo larga que la tengo... Es una melena impresionante :D:D. Hace poco volví a cortarlo, pero en esta ocasión no guardé trenza (basicamente porque a la hora de cortarme el pelo lo tenía lleno de mierda y no me apetecía lavarlo lo que había cortado para guardarlo :P). Y diréis, "No es para tanto". Y os contestaré, "Ese pelo es el que va debajo, el que se rapa para ir más cómodo, el de verdad sí que es largo :P"
Mi pasado violento
Pues aquí tenéis parte de mi infancia belicosa:
Arriba se ve mi primera ametralladora; el cañón se sobrecalentaba al disparar de manera continua debido a su enorme cadencia de fuego; por eso está rojo en la foto, me acabo de cargar a una paloma que volaba cerca de la ventana. Algún día os contaré la rabia que les tengo a las palomas.
La foto de abajo muestra mi primera pistola de PVC, una maravilla, como podéis observar tiene incorporado un seguro en el mango para que no se pueda pulsar el gatillo si no se tiene correctamente agarrada; toda una obra de ingeniería. También podéis observar que está rota. La de animaladas que tenemos hecho javi, ari, rubén y yo con las pistolitas de bolitas :D:D. Y bellón, que también vino alguna vez. Competiciones por el monte, por la carretera... Todavía no sé cómo no nos echaron nunca la bronca, pues era en aquella época en la que estaba de moda que un policía se había cargado a un niño que tenía una de estas, o algo así. Hay muchas historias, algún día las contaré también :P. También tenía otra pipa, la Desert Eagle, una proeza de arma, que daba cada hostiazo... Más de un moratón dejó por ahí :D:D. E incluso sangre en alguna ocasión, pero para qué nos vamos a poner melancólicos :).
Mi época oscura
Sí, la época en la que escuchaba Manson. Todavía lo hago hoy, pero en aquel entonces única y exclusivamente escuchaba Marilyn Manson. Y no soy satánico ni nada, todo lo contrario, pero hay que ver cómo se lo curra ese grupo :). También tuve época de Defcondos, pero no encontré ningún recuerdo, y luego época de Narco, y tampoco encontré nada.
Una de mis colecciones
Coleccioné unas cuantas cosas a lo largo de mi vida, pero esta era mi preferida. Adoro las navajas y cuchillos, siempre me gustaron y siempre que podía conseguir una lo intentaba; basicamente son de las barracas de tiro que hay en las ferias, puesto que a la edad en que las coleccionaba no tenía fondos para comprármelas en tiendas. De hecho con los recuerdos y tal me estoy planteando retomar mi afición :).
Aquí sólo aparecen unas pocas, el resto están perdidas sabe dios dónde. Mi récord de navajas había estado en unas 15, pero no lo recuerdo exactamente. Sin más dilación, ahí van.
Mis antiguas gafas :S
Llevo gafas desde hace mucho tiempo. Y encontré unas de cuando era un chaval :). Parece que son de culo de botella, pero es mentira, el problema es que son para un niño con la cabeza más pequeña de la que yo la tengo ahora. Y claro, se ven raros mis ojos, pero sinceramente me moló la foto :D
Si es que veo la foto y me parto :D:D:D. Pues nada más, un saludo a todos y ya contaré más cosas :).
21 de agosto de 2006
La leyenda de Blaorith. Capítulo 2, parte 1: recuerdos
Pues nada, siguiente capítulo, esperemos que salga bien y que siga animado a escribir, que la historia general ya está en la cabeza, el problema es luego ponerse a escribirla :).
Se me olvidó recomendar en el anterior capítulo que para entender mejor estos relatos hay que tener algún conocimiento básico de los drows de "Reinos Olvidados". Para esto basta con leer el primer capítulo de "La trilogía del elfo oscuro", de R. A. Salvatore. (detalle: si lo lees posiblemente sigas leyendo el resto del libro)
Y un segundo consejo sobre los nombres que aparecen en los relatos: si no aparece varias veces es que no es importante, así que no os toméis la molestia de tratar de recordar cuanto nombre ponga (la mayoría me los invento en el momento).
Tras un trabajo bien realizado Blaorith se dispuso a limpiar sus armas en las ropas de los orcos; sabía que en la Antípoda Oscura el más mínimo olor podía delatar tu posición. Mientras lo hacía meditaba acerca de lo fácil que había sido la primera prueba que había encontrado; una parte de él se alegraba de que así hubiese sido, sin embargo al mismo tiempo estaba deseando encontrarse con un verdadero desafío.
Una voz en su cabeza lo increpó:
- No pierdas tanto tiempo. Lo has hecho bien, pero si pierdes tanto tiempo limpiando tus armas tras cada enfrentamiento perderás valor. Y no me gusta vender mi mercancía a la baja.
Quien le hablaba era Graktaf, el drow que lo había encontrado hacía ya dos meses. Blaorith no recordaba cómo había sido su encuentro, pues en su memoria había una inmensa laguna. Su último recuerdo antes de conocer al elfo oscuro esclavista era de hacía mucho tiempo, no sabía exactamente cuanto. Tenía tan solo ocho años, aunque ya conocía cómo funcionaba la sociedad drow a la perfección y estaba enterado de muchos de los secretos de su familia; por ejemplo, cuando Blaorith había nacido su madre había hecho un sacrificio con su hermano mayor. No sentía ninguna pena o remordimiento por ello, puesto que ni siquiera le había dado tiempo a conocerlo. Y aunque lo hubiese conocido tampoco le habría importado, si había aprendido algo en su hasta el momento corta vida era que en su raza no había cabida para ningún sentimiento afectivo.
Ese día había decidido acercarse a la biblioteca central de su ciudad natal. A pesar de ser sólo un crío se le permitía el acceso casi ilimitado a la misma, al contrario que a muchos de su edad; de esta forma Blaorith podía instruirse en las costumbres de otras razas, lo que según su madre supondría una ventaja cuando fuese mayor sobre el resto de su generación. "Conocerás mejor a tus enemigos, no te guiará ese odio enfermizo de nuestra raza hacia todas las demás, y así no te cegará la rabia a la hora de enfrentarte a ellos". Eso decía su madre; a él no le importaba, mientras otros niños pasaban horas aprendiendo de memoria la historia drow él aprendía lo que quería y cuando quería.
Por el camino veía el respeto, o más bien el miedo en los ojos de la gente con que se cruzaba. Por el emblema de su capa sabían que pertenecía a la casa Sizmad'un, la segunda más poderosa; y por la poblada escolta que llevaba - nada menos que veinte guerreros de élite y un mago - sabían que era alguien importante, el varón primogénito de su casa quizás.
Llegados a su destino había decidido que ese día leería sobre seres sobrenaturales; quizás algún tratado sobre muertos vivientes estaría bien.
Nunca llegó a entrar en la biblioteca; una fuerte sacudida provocó que cayera al suelo y perdiese el conocimiento.
Su siguiente recuerdo fue abrir los ojos y sentir que le dolía todo el cuerpo; de alguna forma sabía que habían pasado varios años, que ya no era un niño. Se encontraba en una especie de carro; el drow que luego conocería como Graktaf lo estaba observando con el ceño fruncido. No tenía ningún rasgo físico destacable, pero llevaba una túnica conocida en su ciudad, la del gremio de esclavistas. Parecía mayor, aunque su cara no tenía ningún surco debido a la edad sí tenía varias cicatrices; y mientras que en la infraoscuridad los ojos de los drows brillaban en color rojo él sólo tenía uno.
- Por fin te has despertado. - no mostró ningún respeto hacia él y eso le extrañó.
- Dime quién eres.
La contestación fue precedida de un golpe en su dolorida cabeza.
- Háblame con respeto, me perteneces.
Blaorith decidió controlar su ira y seguir escuchándolo; en su estado físico no creía poder hacerle frente.
- Cuando me dijeron que había perdido a tres hombres en una simple misión de exploración me enfurecí. Estaban despedazados literalmente. Decidí hacer un barrido en la zona con el resto de mis subordinados y cual sería mi sorpresa cuando te encontramos; otros cuatro habían muerto, y si no llega a ser por los dardos que ya te habían clavado no sé qué sería ahora mismo de nosotros. He perdido a siete de los míos, pero a cambio podré venderte este año por un buen precio en la competición de Doorotia. Me parece justo.-sonrió
- No sabes quien soy.
- No, tienes razón. Habrá tiempo, aún falta un mes para llegar a mi ciudad, y por si no lo habías notado tienes una nueva alhaja - sonrió una vez más, señalando su cuello.
Blaorith se llevó la mano al mismo, y descubrió que llevaba un collar de posesión. A través del tacto sintió que tenía un encantamiento de ligazón, así que sería difícil escapar del esclavista. Sabía que no era imposible imponerse a dichos artefactos, pero en aquel momento no tenía sitio adonde ir, y además por lo que había dicho el drow se dirigían a su ciudad natal; allí daría su merecido aquel pretencioso.
Conforme avanzaba el viaje Graktaf le había contado lo que había pasado durante todos los años que había estado ausente a cambio de información sobre Blaorith y sus habilidades. Su familia ya no existía; al parecer su madre había muerto poco después de su desaparición, y no había sido una muerte natural: sus vísceras se habían encontrado en una parte de su dormitorio y su pellejo en el lado opuesto. Tras esto todas sus hermanas habían querido el poder, así que lo que antaño había sido una poderosa familia se había transformado en cuatro casas de segunda categoría que se encontraban continuamente enfrentadas. Sabedor de esto a Blaorith no le quedó otro remedio que aceptar ser mercancía de Graktaf, ya que no tenía un sitio adonde ir; sólo deseaba ser adoptado por una poderosa familia para poder darle su merecido a ese drow que había tenido la osadía de abofetearlo.
- Blaorith, te lo advierto, he hablado muy bien de ti, como quede mal delante de los espectadores del evento lo vas a sufrir en tu propio cuerpo. ¡ Encuentra otra presa ya!
Se levantó y se adentró en los intricados pasillos de la Infraoscuridad buscando un nuevo rastro.
Se me olvidó recomendar en el anterior capítulo que para entender mejor estos relatos hay que tener algún conocimiento básico de los drows de "Reinos Olvidados". Para esto basta con leer el primer capítulo de "La trilogía del elfo oscuro", de R. A. Salvatore. (detalle: si lo lees posiblemente sigas leyendo el resto del libro)
Y un segundo consejo sobre los nombres que aparecen en los relatos: si no aparece varias veces es que no es importante, así que no os toméis la molestia de tratar de recordar cuanto nombre ponga (la mayoría me los invento en el momento).
Tras un trabajo bien realizado Blaorith se dispuso a limpiar sus armas en las ropas de los orcos; sabía que en la Antípoda Oscura el más mínimo olor podía delatar tu posición. Mientras lo hacía meditaba acerca de lo fácil que había sido la primera prueba que había encontrado; una parte de él se alegraba de que así hubiese sido, sin embargo al mismo tiempo estaba deseando encontrarse con un verdadero desafío.
Una voz en su cabeza lo increpó:
- No pierdas tanto tiempo. Lo has hecho bien, pero si pierdes tanto tiempo limpiando tus armas tras cada enfrentamiento perderás valor. Y no me gusta vender mi mercancía a la baja.
Quien le hablaba era Graktaf, el drow que lo había encontrado hacía ya dos meses. Blaorith no recordaba cómo había sido su encuentro, pues en su memoria había una inmensa laguna. Su último recuerdo antes de conocer al elfo oscuro esclavista era de hacía mucho tiempo, no sabía exactamente cuanto. Tenía tan solo ocho años, aunque ya conocía cómo funcionaba la sociedad drow a la perfección y estaba enterado de muchos de los secretos de su familia; por ejemplo, cuando Blaorith había nacido su madre había hecho un sacrificio con su hermano mayor. No sentía ninguna pena o remordimiento por ello, puesto que ni siquiera le había dado tiempo a conocerlo. Y aunque lo hubiese conocido tampoco le habría importado, si había aprendido algo en su hasta el momento corta vida era que en su raza no había cabida para ningún sentimiento afectivo.
Ese día había decidido acercarse a la biblioteca central de su ciudad natal. A pesar de ser sólo un crío se le permitía el acceso casi ilimitado a la misma, al contrario que a muchos de su edad; de esta forma Blaorith podía instruirse en las costumbres de otras razas, lo que según su madre supondría una ventaja cuando fuese mayor sobre el resto de su generación. "Conocerás mejor a tus enemigos, no te guiará ese odio enfermizo de nuestra raza hacia todas las demás, y así no te cegará la rabia a la hora de enfrentarte a ellos". Eso decía su madre; a él no le importaba, mientras otros niños pasaban horas aprendiendo de memoria la historia drow él aprendía lo que quería y cuando quería.
Por el camino veía el respeto, o más bien el miedo en los ojos de la gente con que se cruzaba. Por el emblema de su capa sabían que pertenecía a la casa Sizmad'un, la segunda más poderosa; y por la poblada escolta que llevaba - nada menos que veinte guerreros de élite y un mago - sabían que era alguien importante, el varón primogénito de su casa quizás.
Llegados a su destino había decidido que ese día leería sobre seres sobrenaturales; quizás algún tratado sobre muertos vivientes estaría bien.
Nunca llegó a entrar en la biblioteca; una fuerte sacudida provocó que cayera al suelo y perdiese el conocimiento.
Su siguiente recuerdo fue abrir los ojos y sentir que le dolía todo el cuerpo; de alguna forma sabía que habían pasado varios años, que ya no era un niño. Se encontraba en una especie de carro; el drow que luego conocería como Graktaf lo estaba observando con el ceño fruncido. No tenía ningún rasgo físico destacable, pero llevaba una túnica conocida en su ciudad, la del gremio de esclavistas. Parecía mayor, aunque su cara no tenía ningún surco debido a la edad sí tenía varias cicatrices; y mientras que en la infraoscuridad los ojos de los drows brillaban en color rojo él sólo tenía uno.
- Por fin te has despertado. - no mostró ningún respeto hacia él y eso le extrañó.
- Dime quién eres.
La contestación fue precedida de un golpe en su dolorida cabeza.
- Háblame con respeto, me perteneces.
Blaorith decidió controlar su ira y seguir escuchándolo; en su estado físico no creía poder hacerle frente.
- Cuando me dijeron que había perdido a tres hombres en una simple misión de exploración me enfurecí. Estaban despedazados literalmente. Decidí hacer un barrido en la zona con el resto de mis subordinados y cual sería mi sorpresa cuando te encontramos; otros cuatro habían muerto, y si no llega a ser por los dardos que ya te habían clavado no sé qué sería ahora mismo de nosotros. He perdido a siete de los míos, pero a cambio podré venderte este año por un buen precio en la competición de Doorotia. Me parece justo.-sonrió
- No sabes quien soy.
- No, tienes razón. Habrá tiempo, aún falta un mes para llegar a mi ciudad, y por si no lo habías notado tienes una nueva alhaja - sonrió una vez más, señalando su cuello.
Blaorith se llevó la mano al mismo, y descubrió que llevaba un collar de posesión. A través del tacto sintió que tenía un encantamiento de ligazón, así que sería difícil escapar del esclavista. Sabía que no era imposible imponerse a dichos artefactos, pero en aquel momento no tenía sitio adonde ir, y además por lo que había dicho el drow se dirigían a su ciudad natal; allí daría su merecido aquel pretencioso.
Conforme avanzaba el viaje Graktaf le había contado lo que había pasado durante todos los años que había estado ausente a cambio de información sobre Blaorith y sus habilidades. Su familia ya no existía; al parecer su madre había muerto poco después de su desaparición, y no había sido una muerte natural: sus vísceras se habían encontrado en una parte de su dormitorio y su pellejo en el lado opuesto. Tras esto todas sus hermanas habían querido el poder, así que lo que antaño había sido una poderosa familia se había transformado en cuatro casas de segunda categoría que se encontraban continuamente enfrentadas. Sabedor de esto a Blaorith no le quedó otro remedio que aceptar ser mercancía de Graktaf, ya que no tenía un sitio adonde ir; sólo deseaba ser adoptado por una poderosa familia para poder darle su merecido a ese drow que había tenido la osadía de abofetearlo.
- Blaorith, te lo advierto, he hablado muy bien de ti, como quede mal delante de los espectadores del evento lo vas a sufrir en tu propio cuerpo. ¡ Encuentra otra presa ya!
Se levantó y se adentró en los intricados pasillos de la Infraoscuridad buscando un nuevo rastro.
19 de agosto de 2006
La leyenda de Blaorith. Capítulo 1: un fantasma en la oscuridad.
Como berte, yo voy a tratar de escribir una especie de libro por aquí, o al menos unas cuantas historias. Estarán basadas sobre todo en "Reinos Olvidados", ya que dentro de literatura fantástica son los libros que más me gustan.
La mujer orco caminaba pensativa junto a sus dos compañeros. Habían sido esclavos de los drow desde hacía mucho tiempo, y sólo dos días antes habían sido liberados sin motivo aparente. Les habían ofrecido provisiones, además a cada uno le habían dado su arma preferida: un hacha enorme para Rutobrik, dos ligeras hachas de mano para Kroto y un bastón de madera para ella.
Aún así seguía sintiéndose prisionera, como si decenas de ojos la estuviesen observando a través la roca de la Antípoda Oscura. Intentó recordar todo aquello que pudiera serle útil sobre el mundo subterráneo, donde el sol no era capaz de llegar. Realmente a su cabeza sólo vinieron historias sobre elfos oscuros para asustar a los niños, así que desistió en su empeño.
Continuó caminando con sus dos compañeros mientras agradecía con una plegaria a Gruumsh que los drows les hubiesen dado antorchas; aunque los orcos tenían la capacidad de ver en zonas oscuras, no eran capaces de discernir nada en ambientes totalmente exentos de luz. Y siempre se agradecía una antorcha que acercar a los numerosos recovecos que se escondían entre las estalagmitas y cuevas de la Infraoscuridad.
Finalmente tras varias horas de ascender siempre que podían por el camino para alcanzar la superficie decidieron que era el momento de descansar. Llegaron a una estancia amplia, en la que podían extenderse cuanto quisieran. Hicieron una hoguera para ahuyentar a posibles amenazas y se sentaron a descansar sus maltrechos cuerpos. Drala, la orco, observó preocupada la comida que les quedaba. Duraría como mucho dos días más. Empezó a hacer planes para librarse de sus compañeros...
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
Se movía veloz, tan rápido como un galgo. Y sin embargo no hacía el más ínfimo ruido; era practicamente indetectable para cualquier ser de este mundo, a no ser que se usaran medios mágicos.
Blaorith sabía de hecho que se estaban usando, y que ahora mismo estaba siendo observado por algunas de las matronas más poderosas de las ciudades más importantes. Se celebraba una exhibición de talentos en Doorotia, su ciudad natal, para que aquellos elfos oscuros sin casa tuvieran la oportunidad de subir un escalafón en la compleja sociedad drow e incorporarse a alguna familia. Sólo los más aventajados podían participar en dicha exhibición, ya que las matronas la observaban con la intención de encontrar verdaderos mercenarios de élite.
Era el primer año que participaba en el evento; a pesar de que se habían presentado poderosos magos y guerreros de renombre sabía que varias casas se habían fijado ya en él: tenía la complexión normal de un drow, no destacaba por su altura y tenía el cuerpo delgado y bien entrenado. Llevaba el pelo largo, algo normal entre los de su raza, pero sus ojos negros, incluso cuando usaba la infravisión, eran motivo de curiosidad. Sin embargo lo que más extrañaba a los que lo veían era la espada que llevaba: no se parecía en absoluto a las armas drows, ligeras y manejables; era una enorme espada curvada cuya hoja debía de medir casi un metro, y cuyo borde interior tenía el filo aserrado. Esto le había costado el primer día de encierro con sus compañeros de competición numerosas burlas. Las cosas se calmaron los siguientes días cuando algunos de los implicados aparecieron muertos a la mañana sobre charcos de su propia sangre.
Y hoy por fin, tras cuatro días de incomunicación, les habían dado a cada uno un amuleto de seguimiento y los habían dejado salir con la única orden de encontrar presas y cazarlas. Inmediatamente había encontrado un rastro y lo había seguido rapidamente. Finalmente llegó a una estancia donde tres orcos se mantenían alrededor de un fuego. "¿Cazar orcos estúpidos? En fin...". Estudió la situación y los catalogó enseguida; eran una presa fácil.
Usando el poder innato de los drows creó una esfera de oscuridad en la cueva. Al momento los orcos se levantaron y comenzaron a vociferar para localizarse y reunirse ante un posible atacante. Al parecer no sabían de qué trataba la lucha a oscuras... "Estúpidos orcos.". Blaorith se introdujo sigilosamente en la oscuridad. Instantes después se escuchó el sonido metálico de un arma al caer contra el suelo, seguido del ruido de un borbotón de sangre. Drala, aterrorizada, corrió hasta chocar contra una pared; mientras tanto Kroto blandía sus armas presa del pánico.
Drala sólo era capaz de escuchar a su compañero mover freneticamente sus armas. Después escuchó algo parecido a dos silbidos, seguido del ruido de de las hachas de su compañero al tocar el suelo y los alaridos de dolor del mismo. Finalmente el sonido de una columna vertebral al quebrarse.
Blaorith decidió que ya era hora de acabar la función; con un pensamiento dispersó la nube de oscuridad. La cara de terror de la hembra fue la mejor de las recompensas: en el suelo uno de los orcos tenía el cuello rebanado, y allí estaba él en el medio de la masacre, con su enorme espadón todavía atravesando al otro orco por el abdomen y sobresaliendo por la espalda. Con un movimiento de muñeca desenganchó su arma del exánime cuerpo y sonrió socarrón hacia la mujer orco.
Escuchó a la hembra susurrar unas palabras, y tras asimilarlas se dio cuenta de que era un clérigo y estaba entonando algún tipo de hechizo. Rapidamente se agachó y arrancó la cabeza de un orco con la mano, con un simple tirón, y la lanzó contra la cara de la sacerdotisa. El cantico de la misma se volvió ininteligible cuando el golpe rompió su mandíbula.
Lentamente el drow se acercó a ella; estaba retrocediendo y tratando de pedir piedad de alguna forma cuando trastabilló y cayó de espaldas; Blaorith se sintió asqueado por lo miserable de la escena, y decidió que era hora de terminar la tarea. Con su mano derecha levantó la espada sobre su cabeza para dar el golpe definitivo. Un fugaz pensamiento paró su mano: se imaginó a los espectadores asombrados por la facilidad con que manejaba un arma tan pesada, impensable para ser enarbolada por un elfo. Y recordó entonces el motivo por el que estaba allí; "Tendré que promocionarme".
Colgó su espada a la espalda mientras por la mente de la aterrorizada Drala se abría paso un pequeño atisbo de esperanza; este fue nublado cuando Blaorith sacó una daga con forma de serpiente y se agachó junto a ella para mostrar a sus espectadores alguno más de sus talentos...
Pues hasta aquí el preludio de mi historia, espero que haya gustado el prota :D:D.
La mujer orco caminaba pensativa junto a sus dos compañeros. Habían sido esclavos de los drow desde hacía mucho tiempo, y sólo dos días antes habían sido liberados sin motivo aparente. Les habían ofrecido provisiones, además a cada uno le habían dado su arma preferida: un hacha enorme para Rutobrik, dos ligeras hachas de mano para Kroto y un bastón de madera para ella.
Aún así seguía sintiéndose prisionera, como si decenas de ojos la estuviesen observando a través la roca de la Antípoda Oscura. Intentó recordar todo aquello que pudiera serle útil sobre el mundo subterráneo, donde el sol no era capaz de llegar. Realmente a su cabeza sólo vinieron historias sobre elfos oscuros para asustar a los niños, así que desistió en su empeño.
Continuó caminando con sus dos compañeros mientras agradecía con una plegaria a Gruumsh que los drows les hubiesen dado antorchas; aunque los orcos tenían la capacidad de ver en zonas oscuras, no eran capaces de discernir nada en ambientes totalmente exentos de luz. Y siempre se agradecía una antorcha que acercar a los numerosos recovecos que se escondían entre las estalagmitas y cuevas de la Infraoscuridad.
Finalmente tras varias horas de ascender siempre que podían por el camino para alcanzar la superficie decidieron que era el momento de descansar. Llegaron a una estancia amplia, en la que podían extenderse cuanto quisieran. Hicieron una hoguera para ahuyentar a posibles amenazas y se sentaron a descansar sus maltrechos cuerpos. Drala, la orco, observó preocupada la comida que les quedaba. Duraría como mucho dos días más. Empezó a hacer planes para librarse de sus compañeros...
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Se movía veloz, tan rápido como un galgo. Y sin embargo no hacía el más ínfimo ruido; era practicamente indetectable para cualquier ser de este mundo, a no ser que se usaran medios mágicos.
Blaorith sabía de hecho que se estaban usando, y que ahora mismo estaba siendo observado por algunas de las matronas más poderosas de las ciudades más importantes. Se celebraba una exhibición de talentos en Doorotia, su ciudad natal, para que aquellos elfos oscuros sin casa tuvieran la oportunidad de subir un escalafón en la compleja sociedad drow e incorporarse a alguna familia. Sólo los más aventajados podían participar en dicha exhibición, ya que las matronas la observaban con la intención de encontrar verdaderos mercenarios de élite.
Era el primer año que participaba en el evento; a pesar de que se habían presentado poderosos magos y guerreros de renombre sabía que varias casas se habían fijado ya en él: tenía la complexión normal de un drow, no destacaba por su altura y tenía el cuerpo delgado y bien entrenado. Llevaba el pelo largo, algo normal entre los de su raza, pero sus ojos negros, incluso cuando usaba la infravisión, eran motivo de curiosidad. Sin embargo lo que más extrañaba a los que lo veían era la espada que llevaba: no se parecía en absoluto a las armas drows, ligeras y manejables; era una enorme espada curvada cuya hoja debía de medir casi un metro, y cuyo borde interior tenía el filo aserrado. Esto le había costado el primer día de encierro con sus compañeros de competición numerosas burlas. Las cosas se calmaron los siguientes días cuando algunos de los implicados aparecieron muertos a la mañana sobre charcos de su propia sangre.
Y hoy por fin, tras cuatro días de incomunicación, les habían dado a cada uno un amuleto de seguimiento y los habían dejado salir con la única orden de encontrar presas y cazarlas. Inmediatamente había encontrado un rastro y lo había seguido rapidamente. Finalmente llegó a una estancia donde tres orcos se mantenían alrededor de un fuego. "¿Cazar orcos estúpidos? En fin...". Estudió la situación y los catalogó enseguida; eran una presa fácil.
Usando el poder innato de los drows creó una esfera de oscuridad en la cueva. Al momento los orcos se levantaron y comenzaron a vociferar para localizarse y reunirse ante un posible atacante. Al parecer no sabían de qué trataba la lucha a oscuras... "Estúpidos orcos.". Blaorith se introdujo sigilosamente en la oscuridad. Instantes después se escuchó el sonido metálico de un arma al caer contra el suelo, seguido del ruido de un borbotón de sangre. Drala, aterrorizada, corrió hasta chocar contra una pared; mientras tanto Kroto blandía sus armas presa del pánico.
Drala sólo era capaz de escuchar a su compañero mover freneticamente sus armas. Después escuchó algo parecido a dos silbidos, seguido del ruido de de las hachas de su compañero al tocar el suelo y los alaridos de dolor del mismo. Finalmente el sonido de una columna vertebral al quebrarse.
Blaorith decidió que ya era hora de acabar la función; con un pensamiento dispersó la nube de oscuridad. La cara de terror de la hembra fue la mejor de las recompensas: en el suelo uno de los orcos tenía el cuello rebanado, y allí estaba él en el medio de la masacre, con su enorme espadón todavía atravesando al otro orco por el abdomen y sobresaliendo por la espalda. Con un movimiento de muñeca desenganchó su arma del exánime cuerpo y sonrió socarrón hacia la mujer orco.
Escuchó a la hembra susurrar unas palabras, y tras asimilarlas se dio cuenta de que era un clérigo y estaba entonando algún tipo de hechizo. Rapidamente se agachó y arrancó la cabeza de un orco con la mano, con un simple tirón, y la lanzó contra la cara de la sacerdotisa. El cantico de la misma se volvió ininteligible cuando el golpe rompió su mandíbula.
Lentamente el drow se acercó a ella; estaba retrocediendo y tratando de pedir piedad de alguna forma cuando trastabilló y cayó de espaldas; Blaorith se sintió asqueado por lo miserable de la escena, y decidió que era hora de terminar la tarea. Con su mano derecha levantó la espada sobre su cabeza para dar el golpe definitivo. Un fugaz pensamiento paró su mano: se imaginó a los espectadores asombrados por la facilidad con que manejaba un arma tan pesada, impensable para ser enarbolada por un elfo. Y recordó entonces el motivo por el que estaba allí; "Tendré que promocionarme".
Colgó su espada a la espalda mientras por la mente de la aterrorizada Drala se abría paso un pequeño atisbo de esperanza; este fue nublado cuando Blaorith sacó una daga con forma de serpiente y se agachó junto a ella para mostrar a sus espectadores alguno más de sus talentos...
Pues hasta aquí el preludio de mi historia, espero que haya gustado el prota :D:D.
Final de vacaciones
Pues sí, el muy temido final de las vacaciones me ha llegado. Lo peor es que ha sido antes de lo esperado.
Dudo que alguien que no me conozca entre aquí, pero por si acaso explicaré que el año pasado fue mi último año de carrera, ahora en septiembre apruebo una asignatura, en diciembre entrego el proyecto, y c'est fini.
Con lo que no contaba es que el examen fuese el 1 de septiembre, contaba el 15 o así. Así que me he quedado con cara de tonto hace dos días cuando me enteré :(. Por esa razón me toca empezar a quedarme en casa a ver si con un poco de suerte esta vez estudio más de dos días :S.
Dudo que alguien que no me conozca entre aquí, pero por si acaso explicaré que el año pasado fue mi último año de carrera, ahora en septiembre apruebo una asignatura, en diciembre entrego el proyecto, y c'est fini.
Con lo que no contaba es que el examen fuese el 1 de septiembre, contaba el 15 o así. Así que me he quedado con cara de tonto hace dos días cuando me enteré :(. Por esa razón me toca empezar a quedarme en casa a ver si con un poco de suerte esta vez estudio más de dos días :S.
Comienza mi blog
Empieza por fin la edición de mi blog, que posiblemente no dure más que hasta el 1 de septiembre (que es cuando tengo examen) y luego quedará desactualizado para siempre.
Pero bueno, el caso es intentarlo, ya voy controlando un poco cómo va esto de los blogs. Lo único que me falla es el diseño que desde luego no es mi fuerte, así que será bastante pobre; pero que nadie se preocupe, intentaré solucionarlo escribiendo bien y con mi enorme CENSORED
Pero bueno, el caso es intentarlo, ya voy controlando un poco cómo va esto de los blogs. Lo único que me falla es el diseño que desde luego no es mi fuerte, así que será bastante pobre; pero que nadie se preocupe, intentaré solucionarlo escribiendo bien y con mi enorme CENSORED