Comiendo hamburguesas :D

****La direccion es Avenida de los Caidos Nª12 en la confluencia mismo con la calle de la Merced en Los Castros 1.Un saludo**** Gracias al anónimo que facilitó la dirección en los comentarios.

Ayer, martes, fui por fin a una de esas hamburgueserías con hamburguesas XXL. Y como no tengo nada más interesante que contar pues os toca aguantar esto :). Nos reunimos en Coruña varios conocidos: Edu, Berte, Simón, Darío y yo. Darío nos había comentado del sitio, pero no sabíamos donde era porque no habíamos ido nunca. Descubrí que queda bastante cerca de mi casa, lo que será peligroso para mis arterias :).

Cuando llegamos y cogimos la carta preguntamos a Darío el tamaño de las hamburguesas. Parecía exagerado, pero descubrimos que no lo era en absoluto :O. Entones Darío nos comentó "A Lorena no se la consigue acabar nadie". Yo muy macho me ofrecí, pero luego explicó que era una de las hamburguesas así que le dejé la hazaña a Berte :). Darío se ofreció a pagarle la cena si se la acababa, y Berte aceptó. En principio los demás que estábamos allí vacilamos a Darío, conocemos a Berte y
--Escoja la frase que mejor le suene:
--Come como un animal
--Come todo
--Traga todo
--Come lo que sea

Entonces llegaron las susodichas hamburguesas. Realmente Darío no había exagerado: mi completa XXL era de verdad XXL. Esta es mi mano:



Y entonces llegó Lorena, majestuosa, deslumbrante, desbordante de calorías...




Paso a recitaros la composición de semejante abominación:

- 2 hamburguesas
- Queso, lechuga y tomate (no sé si cebolla también)
- Jamón york
- Lomo
- 3 huevos fritos

Empezó la cruenta batalla entre Berte y Lorena. En un principio ganaba Berte (se había comido ya 3 cuartas partes, mientras yo sólo llevaba 1 cuarto de mi hamburguesa). Pero entonces el corazón, las arterias, y el sistema circulatorio en general de Berte comenzaron a resentirse. Entre que empezaba a comer el último cuarto yo me comí media hamburguesa mía más. Los últimos momentos fueron extenuantes: Berte la observaba sin intención de dejarse vencer, aunque los allí presentes nos dábamos cuenta de que comenzaba a ver borroso a causa del sobreesfuerzo, no era capaz de enfocar a Lorena. Y ella allí, presuntuosa, con la victoria a su alcance.

Pero no contaba con algo en particular; una de las normas de Berte. No una cualquiera, sino LA norma. No dejar nada en el plato, sea lo que sea y la cantidad que haya. Lenta pero inexorablemente fue devorando los restos que Lorena, a la par que el orgullo de la misma y a expensas de minar su propia vida 4 o 5 años. Lo había conseguido. Había vencido. No nos esperábamos menos de él, es Berte, pero hay que decir que en algunos momentos llegamos a dudar de su victoria.

Pero finalmente, misión cumplida.